Nuevas versiones del Microcuento

A partir de mi primer microcuento, redacté (por el momento) dos nuevas versiones.

Cuento de Ciencia Ficción:

El objeto extraño
Su relitejo no para de sonar y la aturde. Tic tac tic tac. Su acompañante se encuentra en el living pegado a la pantalla desde hace horas, o días. Ya se encuentra con los ojos rojos, pero no importa porque tiene sus gotas. Tic tac tic tac. Se oyen las voces de los periodistas metálicos proyectados en la pared tecnológica por toda la casa.

Ella mira el techo de su habitación. Parpadea y se despejan las nubes pixeladas para dar lugar a un pleno color celeste. No, mejor naranja, no, el gris estaba bien. Entra una brisa fuerte pero cálida a su habitación, él sigue mirando la pantalla silenciosamente. ¿Y la lluvia? Vuelve a parpadear. Entonces empiezan a caer chaparrones sobre la cama, aplaude y ahora caen con más fuerza. La habitación ya se encuentra empapada. Comienza a saltar sobre el colchón con la intención de sentir y emocionarse por algo. Se resbala, ahí una pequeña sonrisa y se contenta.

Con un ligero movimiento de mano la tormenta pasa a trasladarse al living donde se encuentra el hipnotizado. Él no genera ni una mueca, ahora escucha una noticia de un nuevo virus circulante. El piso de madera de la habitación ya estaba inundado y arruinado. Llama a su asistente y en cuestión de segundos absorbe el agua.

Tic tac tic tac. ¿Pero por qué es tan fuerte ese sonido? De pronto el relitejo ya no se encuentra en su mesa de luz. Se agacha a buscarlo debajo de la cama pero no lo encuentra. Sin embargo, el sonido allí parece sentirse todavía más cercano. Comienza a comerse las uñas de una mano mientras que con la otra tantea el piso empapado. Siente entonces que una de las tabletas de madera mojada está floja. Ella, curiosa, corre la cama y levanta el tablón estropeado. Para su sorpresa, encuentra allí adentro su relitejo, pero este yacía debajo de un elemento extraño. Este objeto misterioso, rectangular y voluminoso posee en su interior un abanico de papeles escritos. Nota a su vez una hoja separada dentro del mismo. Confundida, intenta leerla, parece una carta de amor, pero algo en el final la descoloca. Le pregunta entonces a su acompañante qué es un monje y qué es un libro. Él, empapado bajo la tormenta, finalmente se voltea, la mira extrañamente e irradia por sus ojos penetrantes una luz roja.


Cuento Fantástico:

¿Es de su gusto?
Hoy por la mañana, mientras caminaba por la calle, me detuve al ver a un hombre que vendía unos libros en la calle Florida. Me llamó la atención uno en particular: de tapa dura, cuero colorado y con una guarda dorada en sus bordes. Era un libro manuscrito que parecía muy antiguo y era sorprendentemente barato. No encontré más opción entonces que llevármelo a casa. Al llegar, me puse mis pantuflas favoritas y prendí la pava eléctrica. Llevé mi té hacia mi mesa ratona y me acomodé en mi sillón de lectura. Mientras acariciaba a mi gata, empecé a leer en soledad las primeras palabras del libro. No podía dejar de prestar atención a la belleza de la tipografía gótica y las ilustraciones que la acompañaban. Absorto en la lectura, escucho repentinamente a alguien decir "¿y, le place la escritura?". Salté del susto y aparté mi mirada del libro. Me vi repentinamente en una sala enorme, llena de atriles y banquillos de madera, con techos altos de arcos ojivales e iluminada únicamente por la luz entrante de las ventanas. ¿En dónde me encontraba? Toca entonces mi hombro un señor vestido de túnica amplia y de manga larga color pardo, con un cordón de tres nudos ceñido a la cintura. "¿Es de su gusto?".


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