"El incidente"- Cuento propio

Consigna: Tomar la historia oral y contarla "desordenada": usar 2 flashbacks (retrospecciones) +  2 anticipaciones (prolepsis)  + 1 pausa  y 1 elipsis. Con respecto a la enunciación, elegir por lo menos 3 narradores distintos para contar el cuento.

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"El incidente"

Patricia
Yo te juro que no podía creerlo. Ya cuando llegó la chica me dio desconfianza. Parecía que ocultaba algo, por lo que tuve la obligación de vigilarla con mayor rigurosidad. Le chequeé bien toda la mochila y le abrí todo tipo de estuche con la intención de encontrar algo. Sin embargo, me di cuenta por su expresión que trataba de esconder algo que no se encontraba allí. Así es que abandoné su bolso y empecé a tantearle el cuerpo para ver si lo descubría. Cuando llegué a las piernas lo sentí, mi tacto y mi olfato lo sintieron. La miré a los ojos y ella se quedó muda.


Adriana
Estábamos en el bar con Mica y Cande, no nos veíamos hace un montón de tiempo así que nos estábamos poniendo al día con nuestros asuntos de vida. El problema es que mi día había arrancado con el pie izquierdo, a la mañana tuve una re discusión con mi vieja y a la tarde me olvidé de ir a ver a Mariano por lo que también se enojó conmigo. En fin, no quería que todo eso afecte a la situación de volver a haberme encontrado con las chicas por lo que traté de poner mi mejor cara. 
Dos horas más tarde estábamos caminando con Mica para la parada del colectivo. Cande ya se había ido a no sé donde y nosotras teníamos que dirigirnos a nuestro destino. Es entonces cuando sentí esas ganas inaguantables y no pude más. Recordé entonces todas las pintas que había tomado y lo más importante: me había olvidado de ir al baño. Definitivamente ese día iba a terminar de la peor manera.


Micaela
Adri parecía estar medio en la luna, le preguntamos si le pasaba algo pero nos dijo que no. Luego de unas cuantas birras fuimos al baño con Cande y Adri se quedó a esperar el cambio para darle la propina a la mesera. Al salir del bar, Cande fue a su casa y nosotras prendimos mi parlante y caminamos unas cuantas cuadras cantando canciones de reggaetón viejo. Una vez que llegamos a la parada del 160 Adri comenzó a desesperarse.

—Mica necesito ir al baño.
—Bueno, bancá— le digo— cuando lleguemos vas.
—Es urgente Mica.
—Bueno Adriana, ¡esperá!
—¡Pero te digo que no puedo!

De repente su cara cambió por completo, dirigí mi mirada hacia abajo y observé cómo recorría por su pierna un líquido amarillo. No, no podía estar pasando. Entonces por algún tipo de impulso me acerqué a ella mientras se escuchaba el incesante meo caer al suelo. No sé cual era mi intención, tal vez contenerla, que pare, pero fue en vano. No solo eso, sino que al acercarme me empapé yo también. Ahí reaccioné y me alejé mientras le pedía que por favor parase. Parecía inagotable y no sabía ya qué hacer. Por un segundo paró pero porque decidió que lo mejor era moverse a otro lugar. 

—Dale que no aguanto y todavía no descargué todo— me explicaba mientras se reía.

Estalladas de la risa nos corrimos de la parada y le hice carpita para que pueda terminar con su asunto en un árbol oculto. A pesar de todo lo ocurrido, el incidente no entorpeció nuestra misión. Terminamos de todos modos media hora después en la puerta de Caix. Ahí la escena inolvidable: la patova mirando con disgusto a Adri luego de tocar sus piernas mojadas.


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