Virtudes de narradores: Dolina y Lavand

A partir de los videos vistos de René LavandAlejandro Dolina y la entrevista a Lavand, podemos tomar ciertos aspectos narrativos de ambos.
El primero, tiene un estilo particular que lo fue generando de a poco, a partir de un equilibrio entre lo que se dice y se hace. Para René, como comenta en su entrevista, es más importante el cómo de hace de lo que se hace en sí. De tal modo, en sus actos emplea los silencios y palabras justas y necesarias al igual que son utilizados en la armonía de una pieza musical. Esto se pone en manifiesto en el primer video de sus "juegos" de ilusión donde crea el ambiente por un lado de lo filosófico/moral (que lo evidenciamos en la historia del niño ciego, el poeta Li Po, y su filosofía de "ver con el alma") al mismo tiempo que se encarga de generar una ilusión (porque truco de magia no es de su agrado) en el público. Así, la audiencia está pendiente de ambos aspectos en simultáneo, vinculándolos inevitablemente y extrayendo entonces de la experiencia "visual" una idea moral. Lavand genera sentimiento, emoción, y eso es lo más importante ya que es su forma de atraer y vincularse con el público, su estilo.
Por otro lado, Dolina genera su relación con el público a partir de una narración cercana, amena (con vocablos y expresiones coloquiales), tranquila y humorística. El humor lo utiliza para la consolidación de la relación con su público. Ejemplos son cuando apela a sus oyentes uruguayos para aclarar de manera irónica el término "refuerzos", así como la descripción humorística sobre el estilo Wen (de expresiones agradables, recargadas, vinculado a lo literario y poético) en los gestos administrativos.

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