Nota de lectura del ensayo de Luis Gusmán y algunos diarios
El ensayo de Luis Gusmán sobre los diarios gira en torno a dos preguntas: ¿Los diarios fundan un corpus en nuestra literatura? ¿De dónde extraen los diarios su prestigio?
"Los diarios, cuadernos y autobiografías, las memorias, son géneros poco habituales en nuestra literatura" dice Gusmán. El autor se encarga de aclarar que los cuadernos son más sintéticos y hasta más humildes que los diarios. A su vez pueden ser o no de publicación póstuma, y su principal virtud es darles lugar a las minucias que segrega toda obra.
Por otro lado, en este tipo de género, siempre se tiene en cuenta a un posible receptor. “Esto que escribo lo he de escribir para alguien que no soy yo puesto que yo a mí no me hablo ni me escribo ni tengo el menor interés en hacerlo” dice Pizarnik, entonces, ¿a quién está dirigido?
Para esto es interesante remarcar la frase citada por el autor de Castillo “Los diarios íntimos son una farsa. Hay en ellos una embozada ansiedad de trascender, de otro modo no se explican”. De tal forma, uno escribiría con alguna intencionalidad en particular y para otra persona. Del mismo modo, se pone en crítica la sinceridad que conllevan los mismos, Gombrowicz escribe: “Escribo este diario sin ganas. Su insincera sinceridad me fatiga. ¿Si es tan sólo para mí, por qué se imprime? ¿Y si lo es para el lector, por qué finjo conversar conmigo mismo? ¿Hablar con uno mismo para que lo oigan los demás?”. Según Castillo, un recurso que estimula la honestidad de lo narrado es la ausencia de imágenes y metáforas, contar desde la simpleza. Otro tema que plantea Luis también como característico del género es el tópico del vacío.
A su vez, existe la incógnita de cuándo es que un diario está terminado y cuándo debe publicarse. Gide afirma que "la temporalidad del diario es autónoma del tiempo real, se rige por otro tiempo que es el de escribir", el diario entonces cobra una vida propia. Generalmente son publicados luego de fallecidos, pues si se los publica antes de la misma implica "quitarles un pedazo de vida", y como dice Gide “Escribir es poner algo a salvo de la muerte”. La autonomía del diario no es solamente a nivel temporal, sino también a nivel estilístico. Cuando se narra lo vivido, lo escrito ya no es propiedad del autor sino del diario y el escritor se ha convertido en un personaje más. De esta autonomía surge la idea de que el diario exige, pide ser escrito.
A pesar de los cuestionamientos sobre la sinceridad del género, cabe destacar que Gombrowicz le otorga una legitimidad situándolo del lado de lo poético. Y para finalizar, es importante remarcar que el suspenso que impone el diario implica una promesa de la clave de vida del autor y su obra, a pesar que sea una simple máscara.
En cuanto a los diarios leídos, quiero destacar algunos fragmentos que creo que aplican para mi diario de escritora y me parecen interesantes:
"Aquí tendrán lugar todas las reflexiones que tiendan a una “ciencia del hombre”. Nada de filosofía especializada. Bosquejos, sí. Aquí o allá, un poema que me parezca digno de ser conservado. En particular aquellos con semitonos o armónicos." en Los Diarios de Robert Musil.
"El interés no solamente por lo dicho, sino por la manera en que está dicho. Buscar mi estilo. Hasta ahora, he buscado decir lo indecible con palabras directas, a ciegas. Eso revela una inteligencia
unilateral. Que quede expresada en el principio de este cuaderno la voluntad de hacer del lenguaje un instrumento." también en Los Diarios de Robert Musil.
Por otro lado, me gusta la estructura de los diarios de alumnos conformada a partir de frases, ideas, principios de cuentos y disparadores. Prefiero esta estructura antes que la descripción del día a día.
"Los diarios, cuadernos y autobiografías, las memorias, son géneros poco habituales en nuestra literatura" dice Gusmán. El autor se encarga de aclarar que los cuadernos son más sintéticos y hasta más humildes que los diarios. A su vez pueden ser o no de publicación póstuma, y su principal virtud es darles lugar a las minucias que segrega toda obra.
Por otro lado, en este tipo de género, siempre se tiene en cuenta a un posible receptor. “Esto que escribo lo he de escribir para alguien que no soy yo puesto que yo a mí no me hablo ni me escribo ni tengo el menor interés en hacerlo” dice Pizarnik, entonces, ¿a quién está dirigido?
Para esto es interesante remarcar la frase citada por el autor de Castillo “Los diarios íntimos son una farsa. Hay en ellos una embozada ansiedad de trascender, de otro modo no se explican”. De tal forma, uno escribiría con alguna intencionalidad en particular y para otra persona. Del mismo modo, se pone en crítica la sinceridad que conllevan los mismos, Gombrowicz escribe: “Escribo este diario sin ganas. Su insincera sinceridad me fatiga. ¿Si es tan sólo para mí, por qué se imprime? ¿Y si lo es para el lector, por qué finjo conversar conmigo mismo? ¿Hablar con uno mismo para que lo oigan los demás?”. Según Castillo, un recurso que estimula la honestidad de lo narrado es la ausencia de imágenes y metáforas, contar desde la simpleza. Otro tema que plantea Luis también como característico del género es el tópico del vacío.
A su vez, existe la incógnita de cuándo es que un diario está terminado y cuándo debe publicarse. Gide afirma que "la temporalidad del diario es autónoma del tiempo real, se rige por otro tiempo que es el de escribir", el diario entonces cobra una vida propia. Generalmente son publicados luego de fallecidos, pues si se los publica antes de la misma implica "quitarles un pedazo de vida", y como dice Gide “Escribir es poner algo a salvo de la muerte”. La autonomía del diario no es solamente a nivel temporal, sino también a nivel estilístico. Cuando se narra lo vivido, lo escrito ya no es propiedad del autor sino del diario y el escritor se ha convertido en un personaje más. De esta autonomía surge la idea de que el diario exige, pide ser escrito.
A pesar de los cuestionamientos sobre la sinceridad del género, cabe destacar que Gombrowicz le otorga una legitimidad situándolo del lado de lo poético. Y para finalizar, es importante remarcar que el suspenso que impone el diario implica una promesa de la clave de vida del autor y su obra, a pesar que sea una simple máscara.
En cuanto a los diarios leídos, quiero destacar algunos fragmentos que creo que aplican para mi diario de escritora y me parecen interesantes:
"Aquí tendrán lugar todas las reflexiones que tiendan a una “ciencia del hombre”. Nada de filosofía especializada. Bosquejos, sí. Aquí o allá, un poema que me parezca digno de ser conservado. En particular aquellos con semitonos o armónicos." en Los Diarios de Robert Musil.
"El interés no solamente por lo dicho, sino por la manera en que está dicho. Buscar mi estilo. Hasta ahora, he buscado decir lo indecible con palabras directas, a ciegas. Eso revela una inteligencia
unilateral. Que quede expresada en el principio de este cuaderno la voluntad de hacer del lenguaje un instrumento." también en Los Diarios de Robert Musil.
Por otro lado, me gusta la estructura de los diarios de alumnos conformada a partir de frases, ideas, principios de cuentos y disparadores. Prefiero esta estructura antes que la descripción del día a día.
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